miércoles, 4 de abril de 2012

El iPad 4G enseña las vergüenzas tecnológicas de Europa (y de España, más)

El nuevo iPad de Apple, anunciado el pasado miércoles y que tiene como principal novedad su conectividad 4G, puede convertirse en el gran ejemplo de cómo Europa, ahora, va a pagar amargamente su acierto en la elección de las tecnologías móviles en el pasado. El equipo, que incorpora conectividad LTE (4G), sólo funciona con este estándar en las bandas de frecuencia en la que se usa el 4G en EEUU (700 mhz y 2100 mhz) y no con las que se van a usar inicialmente en Europa (800 y 2600 Mhz). O sea, que tener el nuevo iPad será como tener uno 3G. Por lo menos, por ahora.

Un acierto de Europa. El desarrollo de GSM como estándar europeo de telefonía digital fue uno de los grandes aciertos tecnológicos de Europa (comparable al Airbus) y el que convirtió a Ericsson en la potencia que aún hoy es y a Nokia en la que fue. El dirigismo tecnológico, consensuado entre operadores, fabricantes y Bruselas, se demostró, por una vez, infinitamente más efectivo que la libertad absoluta que se dio en EEUU. Allí desembocó, con las incompatiblidades en estándares y frecuencias, en una fragmentación del mercado que provocó un retraso en la industria, en términos de penetración y dispositivos, arrastrado por EEUU hasta hace poco. (Era curioso apreciar como en los estrenos de las películas americanas de los noventa, los protagonistas manejaban unos zapatófonos considerablemente más atrasados que los que se estaban usando en esos momentos en Europa).

Un estándar 3G europeo y mundial. Y cuando la industria europea decidió dar el paso a la nueva generación, su propia potencia de desarrollo y de mercado interior hizo que el estándar elegido (con gran controversia, ya que  WCDMA suponía la obligación de pagar royalties a Qualcomm-), se convirtiera, por la fuerza de los hechos, en el mejor estándar mundial. Pero eso, que ha tenido muchas ventajas -los europeos hemos disfrutado de una gran variedad de terminales, ya que todos los fabricantes desarrollaban inicialmente en este estándar y su gran extensión en el mundo ha permitido que sus precios y los de las redes, fueran más ajustados- puede tener también sus inconvenientes. Y ahora lo vamos a empezar a ver, con equipos que, como el iPad de Apple, no va a funcionar con su mejor velocidad en Europa.

Los últimos de los primeros. Las razones son complejas, pero el caso es que Europa va a ser de las últimas zonas del mundo desarrollado en que el 4G sea un estándar ampliamente disponible, más allá de coberturas limitadas en las zonas de mucho tráfico como estaciones o aeropuertos.

Huida hacia adelante. Lo curioso del asunto es que, hasta ahora, todos los que han apostado por el 4G a lo largo del ancho mundo lo han hecho para solucionar graves problemas con la generación anterior. Si tu situación con el estándar 3G es peor que la de tu rival, lo mejor que puedes hacer es quemar etapas y que la vida de tu 3G sea lo más corta posible.

EEUU. Ese es el caso de Estados Unidos. Allí, Verizon eligió un estándar de 3G distinto al europeo, el CDMA 2000, mientras que el grupo que luego acabaría devorando a AT&T y tomando su nombre, se decantó por el WCDMA, el nuestro.
La consecuencia de estas decisiones es que AT&T, que era considerablemente más pequeña que Verizon en el mercado celular, se aprovechó durante años de que en el estándar europeo había muchos más terminales, que tenían un mercado más amplio, y por tanto se beneficiaban de las economías de escala. Lo mismo ocurría con los fabricantes de equipos de redes. Mientras que los operadores que han desplegado redes 3G del tipo WCDMA se cuentan por cientos en todo el mundo, apenas unos pocos se decantaron por el CDMA 2000.
Por si fuera poco, cuando Apple lanzó su iPhone 3G lo fabricó, lógicamente, con el estándar más extendido, el europeo.  Eso significó que Verizon se quedó sin iPhone y vio como millones de fans de Apple se pasaban en masa a AT&T y como su ventaja en el negocio celular se iba reduciendo.
Eso obligó a Verizon a apostar a muerte por Android (especialmente por los equipos de Motorola, lo que salvó la vida del veterano fabricante de móviles) y a dar un salto mortal al decidir, a comienzos de 2009, que iba a desplegar LTE todo lo deprisa que pudiera. Eso ha permitido a Verizon acabar con esa debilidad y situarse en ventaja en la nueva generación frente a AT&T, a quien, a la postre, ha obligado también a acelerar el tránsito a la nueva tecnología. A finales de 2011 Verizon ha anunciado que ya tiene cobertura de 4G para unos 200 millones de habitantes en Estados Unidos, mientras que AT&T ha alcanzado ya los 74 millones.

En Europa también se tapan fallos. Los países escandinavos y bálticos están entre los que cuentan con un despliegue más potente de 4G en Europa. De hecho, TeliaSonera, el operador sueco-finlandés, tiene diversos grados de cobertura 4G en Suecia, Noruega, Finlandia, Dinamarca y las Repúblicas Bálticas. Lo curioso es que su temprana adaptación del 4G fue una consecuencia directa del hecho de que en las famosas subastas del UMTS del año 2000, Telia se quedó sin frecuencias de 3G en Suecia, su mercado doméstico. Cuando tienes que ser operador virtual en tu propio mercado, es normal que pretendas que esa etapa dure lo menos posible. Y al acelerar con el 4G en tus mercados, obligas a tus rivales a seguirte.

China Mobile, víctima de políticas de Estado. El mayor operador de móviles del mundo, China Mobile, acaba de anunciar en el MWC una apuesta importante por LTE. Tendrá instaladas 20.000 estaciones base con esta tecnología para finales de este año y nada menos que 200.000 (para hacer una comparacion hay que tener en España, en total, hay 60.000 emplazamientos para todas las tecnologías) a finales de 2013. ¿Y porque? Porque el Gobierno chino, que es el dueño de las tres operadoras del país, China Mobile, China Unicom y China Telecom, quería potenciar un estándar propio de 3G, denominado TD SCDMA, para no tener que pagar royalties a nadie. Y eligió a China Mobile, la más fuerte de sus tres operadores, para que fuera la locomotora de su tecnología. Pero eso tiene un precio, porque, claro, lo normal es que todos los fabricantes desarrollen sus nuevos modelos en el estándar en que más mercado tiene para vender y no en uno en el que sólo trabaja un operador, por muy grande que sea. Además, el estándar 3G bueno, el europeo, le tocó a China Unicom, la segunda operadora del país, y claro, ésta dispone ahora de todas las ventajas (amplitud de catálogo, mejores precios, las últimas novedades de mercado y, ¡tachán!, el iPhone) que van asociadas con él. No es de extrañar que China Mobile quiera acortar también al máximo su etapa 3G para pasar cuanto antes al 4G.

Europa se lo toma con calma. Pero en la mayor parte de Europa, como la tecnología es estándar y las frecuencias también, nadie (bueno, nadie menos Telia) se ha equivocado, al menos en lo que a estándares se trata. Eso significa que tenemos la tecnología 3G más extendida, con centenares de smartphones y tabletas, y con redes que, con su versión HSPA+, pueden alcanzar velocidades de hasta 42 megas. Y ninguno de los grandes operadores como Telefónica, Vodafone, Orange o Deustche Telekom tiene la urgencia de apostar a muerte por el 4G. Al contrario, disponen de redes de 3,5G sin acabar de amortizar y pretenden alargar su vida todo lo posible. Por eso, la llegada del 4G a Europa va a ser, por lo que parece hasta ahora, más lenta y mucho menos capilar que en otros lugares del mundo desarrollado.

Y en España más. Y a todo esto se le añade el caso español, que es excepcionalmente malo respecto al 4G. Como ya se ha escrito, las frecuencias de 800 mhz, las mejores para ofrecer una cobertura capilar del 4G, no van a estar disponibles en España hasta 2014 o 2015, aunque ya se han subastado y pagado. Dar cobertura amplia con las de 2.600 mhz, las que ahora están disponibles, es caro. Por tanto hay que esperar a que llegue el 800. El problema, es que ahora mismo, en esas frecuencias, se emiten varios canales de televisión terrestre y hay que moverlos de allí para que ese espectro pueda ser usado por las operadoras móviles. Uno de ellos es La Sexta. Eso suponía para el Gobierno anterior un importante problema, porque no se trataba de hacer la pascua a uno de los principales aliados mediáticos del zapaterismo. Con La Sexta vendida a Antena 3 y un Gobierno del PP, el problema parece que pierde importancia, por lo que, a lo mejor, la resolución del trasvase de canales y la llegada del 4G masivo, se adelanta algo en el tiempo. Pero no mucho. Mientras, en Alemania o Italia, ya han adjudicado el espectro de 800 y están empezando los despliegues. Y en Reino Unido, que va de los últimos, está previsto para el verano.

Te aclimatas o te aclimueres. La moraleja de este cuento es que somos prisioneros de nuestras decisiones, para bien y para mal. Y que sólo el que se equivoca o al que le obligan a equivocarse y está en desventaja por ello, se arriesga a arrostrar los problemas de ser la locomotora de una nueva tecnología. Es bastante probable, por tanto, que durante años vayamos a la zaga, en lo que a 4G se refiere, del resto de mercados desarrollados y que ese desfase se note más en España. Pero para los que para entonces -e incluso ya ahora- se dediquen a demonizar a los operadores españoles por el retraso habrá que recordarles que la situación es fruto de las decisiones racionales que toman los actores económicos de un mercado en competencia. Y que esas decisiones racionales nos han beneficiado mucho en el pasado.

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